UN PROCESO EN CINCO FASES:
DEL MIEDO AL ÉXTASIS.
El Ritual de Ayahuasca:
Un Viaje Espiritual hacia tu verdad
Es una experiencia espiritual profunda, cuidadosamente guiada por el equipo terapéutico. Cada fase del proceso tiene una función específica, diseñada para preparar a los participantes a sumergirse en una vivencia transformadora.
Primera Fase: la intención.
La ceremonia comienza abriendo “el círculo de palabra”, donde cada participante expresa la intención o la razón que le ha motivado a participar en la ceremonia, de esta manera, se genera una energía grupal y un ambiente terapéutico.
Intencionar la ceremonia nos ayudará a enfocar la energía, a evitar la dispersión mental y a encontrar las respuestas que necesitamos.
Segunda Fase: La toma de la ayahuasca
Los chamans ofrecen la bebida adecuada a cada persona. La dosis de ayahuasca es personalizada para que cada participante pueda vivir un proceso acorde a sus necesidades.
Este acto se realiza en silencio y con gran respeto para que los asistentes sean conscientes de que están participando en una ceremonia sagrada y profundamente terapéutica. La bebida se sirve en pequeños vasos.
Tercera Fase: Música para purificar y liberar energías bloqueadas
Media hora después, los chamanos, a través de los cantos y de música, guían y sostienen el proceso para reforzar el vínculo espiritual del ritual.
Uno de los aspectos esenciales de la ceremonia es la purificación, tanto física como emocional. Suele ocurrir que, media hora después de tomar el té de ayahuasca, algun@s participantes, sobre todo aquellos que necesitan desintoxicar el cuerpo, experimentan purgas, a través del vómito o la diarrea. Este proceso es positivo porque implica una liberación de energías negativas y un desbloqueo de traumas que arrastramos del pasado, que incluye la infancia, el transgeneracional o las vidas pasadas.
Esta purificación física se complementa con una depuración emocional y espiritual, ayudando a los asistentes a enfrentarse a miedos y traumas profundamente arraigados. Y esta fase es vista como esencial para permitir una auténtica transformación interior.
La purgación, una respuesta común durante la ceremonia, es una parte importante del proceso. Las náuseas y los vómitos se interpretan como una limpieza de energías negativas o bloqueos emocionales, permitiendo que el cuerpo y la mente se preparen para las revelaciones espirituales que pueden surgir.
Este proceso físico es considerado un paso esencial para abrirse a la sanación emocional y espiritual. Tras la purga, muchos participantes sienten una mayor claridad mental y una conexión más profunda con las visiones y enseñanzas del ritual.
La ayahuasca también es conocida por su capacidad para inducir catarsis emocional, un proceso que permite liberar emociones reprimidas. Durante la ceremonia, algunos pueden llorar, reír o gritar, como una forma de liberar traumas o bloqueos emocionales. Este desahogo emocional facilita la sanación, proporcionando una sensación de alivio y ligereza.
Este proceso de catarsis no solo es valioso para aquellos que llevan años cargando heridas profundas, sino también para quienes buscan sanar cuestiones más sutiles. Quienes han pasado por esta experiencia a menudo reportan una profunda paz interior y una conexión renovada consigo mismos y con los demás.
Si vences tus miedos y conectas con tu Ser, con la memoria de quién eres realmente, sientes una gran paz y plenitud. Experimentas la sensación de renacer, como si la vida te diese una oportunidad de empezar de nuevo.
La planta nos enseña a mirarnos con amor, aceptación y perdón. Sientes que recuperas tu corazón, tu vida, que experimentas un reseteo, como si despertásemos del sueño del Ego y nos reconecta con la vida real del ser. Sin miedo, con la sensacion de que todo es nuevo y posible.
Cuarta Fase: Experiencias durante el Ritual
Quinta Fase: El éxtasis.
Las experiencias que surgen durante la ceremonia varían enormemente. Algunos tienen visiones intensas, mientras que otros atraviesan procesos de liberación emocional o física.
Uno de los aspectos más notables del ritual es la aparición de visiones, que pueden ser vívidas y simbólicas. Estas imágenes a menudo reflejan aspectos ocultos del inconsciente o situaciones emocionales no resueltas. Cada participante puede vivir un viaje introspectivo único, explorando recuerdos reprimidos, emociones no expresadas o facetas ocultas de su ser.
La introspección se profundiza a través de estas visiones, y muchos participantes reportan una conexión más intensa con su mundo espiritual, lo que los lleva a reflexionar sobre su propósito en la vida y las relaciones con los demás.